Mucho se está hablando en Chile sobre la “guerra de la leche” que se ha desatado por la demanda que Aproval ha iniciado contra la empresa The Not Company, deberíamos dejar en claro que la leche se ubica de un solo lado.
Lecheros de todo el mundo están prestando atención a lo que pueda suceder en los próximos días en Chile, ya que hay una especial atención en la demanda que la Asociación Gremial de Productores de Leche de Los Ríos, Aproval, presentó por competencia desleal a la start-up creadora de “Not Milk”.
La preocupación de los lecheros de todo el mundo está centrada en el avance cada vez mayor de ventas de bebidas que se autoproclaman como sustitutas de la leche, y esa preocupación es vista por los defensores de estas bebidas como un miedo de los lecheros a perder un negocio o a no aceptar la llegada de nuevos tiempos.
Pero en realidad no se trata de eso.
Hace unas semanas contábamos que si bien las bebidas vegetales están presentando un crecimiento muy importante en ventas, también lo es que aún es más la gente que año a año se suma al consumo de lácteos. Estamos viendo una tendencia de volver a lo básico, con consumidores que buscan opciones lácteas nutritivas y de alta calidad en lugar de productos alternativos a base de plantas más costosos y menos saludables.
El consumidor inteligente mira cada vez más las etiquetas, y es ahí donde prefiere alimentos más naturales y menos adulterados con listas de ingredientes más cortas.
Y la queja de los lecheros no es por temor a perder un negocio, que como vemos cada día vende más, sino por entender, y con razón, que en algunos casos hay competencia desleal, por la apropiación de términos que son exclusivos de la industria láctea y que ya tienen en el inconsciente colectivo una asociación positiva.
Es duro ver como otro toma lo mejor de lo que vos hacés para beneficiarse con esa asociación y terminar denostando tu producto.
Ya en la mayoría de los países centrales se ha limitado el uso del término leche con normativas más que claras: “leche es: la secreción mamaria normal de animales lecheros obtenida mediante uno o más ordeños sin ningún tipo de adición o extracción.”
En el caso puntual de la demanda que hoy nos compete, José Coz, abogado de Aproval en este litigio e integrante del Estudio Coz, Jofré & Blavi, explicó que la demanda presentada pretende proteger a los productores de una práctica de competencia desleal consistente en referirse a la leche como algo pernicioso, rayando, por ejemplo, la imagen de una vaca, “a través de medios contrarios a la buena fe o a las lícitas prácticas comerciales con lo que pretende promover o sacar partido a su producto a expensas de los productores de leche de este país”.
La batalla judicial promete no ser sencilla, pero puede ser determinante para lo que viene en un futuro. Ningún lechero del mundo aspira a que se dejen de comercializar las bebidas vegetales, sólo se pide que compitan legal y lealmente.
The Not Company se ha convertido en poco tiempo en un fenómeno de inversiones, más que comercial, hoy valen más sus potencialidades que sus producciones, y gran parte de esa valorización de mercado esconde detrás un secreto hasta ahora muy bien guardado, su NotChef: Giuseppe.
La empresa asegura que es un algoritmo que usa inteligencia artificial para analizar alimentos con base animal a nivel estructural — y así sabe exactamente lo que nos gusta de ellos — y luego, cruza la información de diferentes fuentes, utilizando la gran variedad de plantas que existen en la naturaleza, para recrear el mismo producto.
Esta ha sido la noticia que ha recorrido el mundo entero y llamado la atención de fuertes inversores, entre ellos se nombra a Jeff Bezos, este algoritmo es lo que hace que The Not Company valga lo que vale, sin embargo su real existencia ha sido fuertemente cuestionada por expertos, hay un muy interesante artículo del año 2019 que se puede leer aquí y una sentencia sobre “nombres”, justamente, de hace apenas unas semanas que se puede leer completa aquí.
Seguramente las próximas semanas asistiremos a un debate interesante, que algunos medios llamarán la guerra de la leche, pero la leche estará de un solo lado del mostrador, del otro habrá una serie de químicos mezclados que pueden saber bien, pero que no serán nunca leche.
