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La ofensiva femenina en los gremios lácteos sureños

  • Nacional
  • 08 febrero 2021
  • Revista del Campo El Mercurio
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Cada vez son más las mujeres que se atreven a dar el paso para convertirse en dirigentes de un rubro visto tradicionalmente como masculino. Son parte del creciente número que dirigen una explotación lechera. Aquí las historia de algunas de ellas.

Por Arnaldo Guerra Martínez

Una ofensiva femenina viven los gremios lácteos sureños. Esta oleada tuvo su punto máximo con la reciente elección de Paulina Carrasco, productora de La Unión, primera mujer presidenta de la Asociación de Productores Lecheros de la Región de Los Ríos, Aproval. Aunque hace más de una década y media Adriana Mohr, también al frente de una lechería propia, ya había debutado como parte del directorio de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, Sago, e incluso, en un breve período, llegó a ser su presidenta. Pauline Engler, en tanto, no solo se integró al directorio inicial de Campos Australes que luego derivaría en una cooperativa lechera, sino que desde mediados del 2020 forma parte del directorio de la Sago, mientras que Fernanda Galle, con apenas 25 años, se asoma como la más joven integrante de un directorio en la historia de Aproval.

Ellas, y otras que se atrevieron a dar el paso, son la punta de lanza de un cambio que incluye un número creciente de mujeres a cargo de una explotación lechera y que se incorporan a la actividad gremial. Aquí algunas de ellas cuentan cómo ha sido su debut en las lides gremiales, sus trayectorias como agricultoras y su visión de los desafíos del sector.

Paulina Carrasco: Trabajo colaborativo

Paulina Carrasco Gorman no para. Presidenta de la Asamblea de Delegados de La Unión de Colun, integrante del GTT Mujeres de Colun, directora de la Fundación GTT y participante del Consejo Regional de Los Ríos de la Fundación GTT, ya por dos años directora de Aproval y desde diciembre presidenta de esa entidad gremial, directora del Consorcio Lechero —2016-2020—, tiene claro que se le están juntando muchas actividades, por ello, empezó “a delegar rapidito”.

Hasta febrero de 2019 trabajó codo a codo con su padre, Eugenio Carrasco, en la lechería familiar en la Unión. Tras su fallecimiento, la posta la tomó su madre, Brenda Gorman, con quien maneja las 380 vacas en ordeña en un sistema productivo no estacional y con riego en la pradera. 

Fueron pioneros en integrarse al sistema Pabco, antes de que las industrias lácteas bonificaran por ello y hoy participan en el proyecto de bienestar animal de Colun. “No tiene premio económico, pero es un orgullo poder decir estoy certificada en bienestar animal, yo cuido mis animales, y les entrego todo para que estén bien”, dice.

Paulina, ingeniera agrónoma de la Universidad de Chile, mención en producción animal, se toma en serio representar a los productores lecheros. “Este es un tema de actitud. Me gusta participar porque creo que no está bien sentarse a criticar. Para generar cambios uno tiene que estar presente”, dice.

La presidenta de los lecheros de Los Ríos piensa continuar con el camino trazado por sus antecesores. “Lo importante es que sea un trabajo colaborativo. Siempre buscando el bien de los productores de leche, ofreciéndole herramientas para mejorar su gestión o una mejora continua, buscando donde estén las brechas para apoyarlos y anticiparse a los desafíos”, plantea.

También resalta la importancia de que trabajen unidos, porque permite agregar valor a su producto. “Asociarse es un camino difícil, que requiere constancia y visión de futuro. El trabajo colaborativo es lo más importante hoy por hoy, especialmente para nuestro rubro y, dentro de eso, la asociatividad es la herramienta, pero requiere bastante generosidad, porque el trabajo que se inicia probablemente no va a permitir ver resultados en el corto plazo”, destaca.

Paulina Carrasco reconoce que la asociatividad no es para todos. “Lo importante es que no se generen sobreexpectativas o se haga el análisis fácil de que un proyecto asociativo por sí solo es garantía de éxito. Muchos dan el ejemplo de Colun, pero yo soy de familia de cooperados Colun y doy fe de que hoy la cooperativa nos da respaldo y seguridad tremendas, pero tiene 70 años y los primeros 40 no fueron fáciles. Para desarrollar un proyecto cooperativo no solo puede haber preocupación por la rentabilidad individual, sino que fundamentalmente voluntad y convicción de cooperar y colaborar como grupo por un interés común superior. Y eso no es fácil, ni automático, pero se puede”, añade.

La nueva presidenta de Aproval dice que se integró al gremio porque conoció su trabajo cuando era directora del Consorcio Lechero y le llamó la atención su apertura a la diversidad y “la no victimización” en sus planteamientos, en un gremio que es más conocido por sus lamentos permanentes.

“Soy una persona optimista y, en general, tiendo a ver el vaso más lleno que vacío. De qué otra manera vamos a incluir a nuestros jóvenes si no es con una mirada optimista respecto de nuestro trabajo, de lo que hacemos y de su futuro. Creo que, hoy día más que nunca tenemos que sentirnos orgullosos de lo que hacemos, y eso se muestra con la alegría de estar donde estamos”, plantea.

Junto con destacar que las mujeres siempre han estado ligadas a la producción agrícola, como trabajadoras, empresarias o profesionales, destaca que ahora están siendo más visibilizadas.

Una gestión bien hecha, incluyendo tecnología son parte de los desafíos que plantea para el productor lechero, para enfrentar los factores que no maneja como el mercado, el precio o el clima.

Hay temas importantes que estamos trabajando como asociación, como el del agua y el uso eficiente del riego; la defensa de los lácteos como alimento estratégico, tema que no puede dejar de importarnos, incluso este año con la pandemia vimos que la demanda no bajó, porque la población considera a la leche como un alimento saludable e indispensable. Además, junto con el Consorcio Lechero también nos convocan los temas de sustentabilidad, como el uso de los recursos, el cuidado del suelo, del agua, el uso de las energías, un tema muy amplio que requiere que nos hagamos cargo. Nosotros trabajamos el campo, pero también somos, de alguna manera, los guardianes de estos recursos, por lo que debemos preocuparnos del agua, del suelo, de la biodiversidad y del bienestar animal”, subraya.

Fernanda Galle: Sin quejas

“La mujer siempre ha estado en la lechería, pero la cara visible ha sido el hombre. Creo que el sector ganadero es muy machista. La mujer está en la casa, pero siempre ha apoyado a los maridos en el trabajo. Pero últimamente hemos salido todas, hasta nombraron una ministra de Agricultura”, plantea la flamante ingeniera agrónoma Fernanda Galle Riquelme —se tituló en agosto de 2019 en la Universidad Austral —, ahora, con 25 años, es la directora más joven que ha tenido Aproval.

Junto a su padre, Francisco Galle, dirige la empresa lechera familiar en Los Lagos, que integran también sus tíos y su abuela. Tienen a cargo 270 vacas, con un sistema de lechería biestacional, con la pradera como base de la alimentación más algo de suplementación de concentrado y de forraje.

El giro femenino de los gremios lo toma como un reconocimiento.

“El ser mujer u hombre no debería influir en lo que puedes hacer o no. A mí no me hubiera gustado que me eligieran solo por ser mujer, sino que por lo que yo puedo hacer”, comenta recordando que Bruno Rubilar, el expresidente de los lecheros de Los Ríos la llamó para pedirle que fuera candidata al directorio.

Fernanda Galle demuestra una nueva mentalidad para encarar los temas gremiales.

“El lechero ha proyectado históricamente una imagen de llorón. Siempre se está quejando del precio, del clima, de todo… Debería ser más optimista; uno no puede manejar el precio internacional ni el clima, pero sí puede manejar sus propios costos y ahí puede barajar la ganancia que uno puede tener”, recalca.

No obstante, considera que a quien se dedica a la lechería le tiene que gustar mucho, “es un trabajo súper sacrificado, es 24-7, los 365 días del año”.

“En la zona sur la clave es la alimentación, tener buenas praderas, fertilizar, tener bajos costos y buena mano de obra, que es lo más importante; que todos remen para el mismo lado y estén contentos, así todo funciona mucho mejor”, dice.

Otro punto clave que destaca es el riego.

“Hay quienes dicen que no sale a cuenta regar las praderas, pero nosotros instalamos riego el año pasado y ahora estamos implementando en otra parte del campo porque cambia demasiado las cosas. No se mueren las praderas, producen todo el verano, y eso es fundamental para una lechería”, agrega.

 Fernanda Galle dice que estar en el directorio es un motivo de orgullo. Lo destaca porque su papá entró este año como delegado de Colun, por lo cual los dos están representando a otros productores. “Una cree que la gente no ve lo que está haciendo, pero con esto te das cuenta de que no eres invisible”.

Fernanda vive en primera persona el cambio generacional y menciona que no ha sido difícil. “Con mi papá trabajamos en equipo. Si quiero hacer algo, él me dice sus razones, si está bien o mal, porque creo en la experiencia que tiene que es mucho mayor que la mía. Nos llevamos bien trabajando y casi nunca peleamos. Siempre está abierto a las nuevas tecnologías”, señala.

Y agrega que “los productores se han ido dando cuenta de que tienen que abrirse a las nuevas generaciones y, quizás, confiar un poco más en ellas. En algunos casos puede ser más difícil, pero en general va bien, porque al final ellos van a quedar a cargo después, entonces hay que darles la oportunidad de que se peguen un porrazo, o de que se den cuenta de que están equivocados”, afirma.

Lo mismo cree para el caso de los gremios, como en el caso de Aproval en que ingresaron tres directores menores de 35 años, lo que considera un gran paso para el sector. “Tener otras miradas de gente más joven y que no estén los mismos de siempre, cambiar un poco puede servir al gremio”, dice, aunque reconoce que le falta experiencia, pero tiene la disposición de aprender.