• SABÍAS QUE...
    • De cada 3 litros de leche que se producen en Chile 1 proviene de la Región de Los Ríos
    • El consumo de lácteos en Chile bordea los 150 litros per cápita
    • Río Bueno es la comuna que más leche produce en Chile (15%)

Lecciones de "guerra"

Por Bruno Rubilar, presidente de Aproval

La evidencia científica ha sido clara en dar cuenta de las bondades de los lácteos en todas las etapas de la vida. Incluso, hemos sido testigos de cambios radicales en la opinión de los especialistas de la salud, como ha ocurrido con la grasa láctea que por décadas fue injustamente condenada y hoy goza de una significativa revalorización.

Desgraciadamente, cuando los actores de la cadena láctea deberíamos estar trabajando en difundir y relevar el valor de nuestra leche, algunos de manera torpe y visión de corto plazo, se han encargado de entregar los insumos necesarios para que los medios de comunicación rápidamente bauticen este supuesto conflicto bajo el rótulo de “guerra de la leche”.

Desde Aproval, advertimos el riesgo que implicaba tratar de enfrentar los problemas de las importaciones de lácteos utilizando como excusa la mejor información al consumidor; no compartimos el modelo de gestión gremial basado en entregar a terceros la agenda de los productores y -lo más grave- no podemos estar más en desacuerdo con organizaciones gremiales de productores de leche que avalan planteamientos irresponsables y sin fundamentos seriosque han sembrado un manto de duda respecto de la inocuidad de los productos lácteos y del cual se han nutrido aquellos “terceros” a quienes se ha endosado la agenda gremial.

No menos relevante ha sido el aporte de algunos actores del procesamiento industrial que, por validar sus intereses particulares, han aportado con una cuota importante de parafina para alimentar este “incendio”.

Afortunadamente, como suele ocurrir en estos conflictos artificiales capitalizados por los medios de comunicación, la intensidad baja tan rápido como sube, pero es importante que los actores que formamos parte de la comunidad lechera nacional saquemos algunas lecciones de este triste episodio que -lejos de enorgullecernos- debiera llamarnos a la reflexión.

Resulta sintomático que mientras se desarrolla esta supuesta “guerra de la leche” entre los protagonistas del sector, nuestros verdaderos “enemigos” siguen trabajando tranquilamente y sin contrapeso como ocurre con organizaciones fundamentalistas de la alimentación que por estos días están llamando a celebrar la “Semana mundial sin consumir lácteos”.

Y aunque hemos visto tímidas señales de algunos que avalaron el camino de demonizar ciertas categorías de lácteos, y sacaron cuentas alegres de este conflicto a partir de un análisis limitado y corto, sería razonable que esta actitud de “converso” se expresara con mayor fuerza para una mejor comprensión de aquellos que insisten en que el sector lácteo chileno está “en guerra”.