Sin embargo, por estos días creemos de justicia reconocer el rol del Ministerio de Agricultura (y del Servicio Agrícola y Ganadero) para abordar con oportunidad y decisión la crisis zoosanitaria de Colombia, a raíz del brote de Fiebre Aftosa que se conoció el 24 de junio.
Se trata de una enfermedad contagiosa que no es transmisible al ser humano, pero que genera enormes impactos en la ganadería y de la cual Chile es libre desde la década del 80, luego de un gran esfuerzo público-privado.
Para muchos el tema quizá pasó inadvertido, pero Colombia había alcanzado el estatus de país Libre de Fiebre Aftosa con vacunación y en virtud de esta condición logró habilitar plantas procesadoras para exportar carne bovina y productos lácteos hacia Chile.
De hecho, en el primer semestre de 2017 llegaron a nuestro país lácteos colombianos por 494 mil dólares.
Para el caso de la carne (que se comercializa “en fresco”) la situación era bastante clara y ya el 30 de junio el SAG emitió una resolución que suspendía “la importación a Chile de carnes de bovino frescas, refrigeradas y congeladas, desde Colombia, proveniente de animales faenados a partir del 28 de mayo de 2017”.
En paralelo, la misma resolución dejaba sin efecto el reconocimiento de dicho país como “Libre de Fiebre Aftosa con vacunación”.
No obstante la implementación de estas medidas, como Aproval nos seguía preocupando la ausencia de acciones en contra de la importación de productos lácteos, ya que si bien en este caso la materia prima (leche fresca) debe ser sometida a procesos térmicos de pasteurización para la posterior fabricación de derivados lácteos, la evidencia científica no es categórica respecto a la eliminación del virus mediante el cual se propaga esta enfermedad al aplicar sólo un pasteurizado, por lo cual se recomienda y exige la doble pasteurización.
Por tal motivo, solicitamos al Minagri replicar la medida de suspensión impuesta para la carne u otras (como la señalada precedentemente) que permitieran resguardar la condición zoosanitaria de nuestro país, frente a lo cual el ministro Carlos Furche nos confirmó que al haber perdido Colombia el estatus sanitario de “libre” de esta enfermedad, las empresas que quisieran exportar lácteos hacia Chile deben certificar la doble pasteurización de la materia prima en sus procesos.
