Luego de dos temporadas sucesivas (2015-2016) con producción de leche a la baja a raíz de escenarios de mercado y clima extremadamente adversos, los meses de enero y febrero de este año muestran mejores señales en términos productivos a nivel nacional, con una recepción de leche 0,7% por sobre la campaña 2016 (357 millones de litros), pero con un comportamiento muy superior en nuestra Región de Los Ríos (3,8%) y la vecina Región de Los Lagos (2,7%).
No obstante, estos números a nivel nacional no dan para entusiasmarse tanto, ya que si los comparamos con el año 2014 - que pudiéramos considerar una temporada relativamente “normal”-tenemos que la recepción de leche en el país este primer bimestre aún está 5% por debajo de lo ocurrido hace tres años. Distinta es la situación de Los Ríos, que muestra en 2017 un comportamiento superior en un 3,4%, ratificando el dinamismo que viene mostrando la región en los últimos 15 años.
Detrás de esta recuperación en términos productivos, el clima ha hecho lo suyo (con un verano bastante favorable) y las señales de precio de compra con que arrancaron el año las procesadoras, vinieron a mejorar en parte el alicaído ánimo de sus proveedores. El promedio de compra de leche fresca en el país para el primer bimestre de 2017 se ubicó en $213,7/litro (promedio real sin IVA y en $ de marzo), que significó casi un 9% por sobre el deprimido promedio de 2016, pero todavía por debajo en un 12% respecto de los niveles de 2014.
Dado que la presión por conseguir materia prima por parte de las empresas elaboradoras se ha mantenido activa en los últimos meses, y si el mercado opera de acuerdo a las leyes que establecen los textos de estudio, sería esperable que la temporada invernal traiga consigo el anuncio de nuevas condiciones de compra, probablemente asociadas al tradicional “Bono de Invierno”.
Sin embargo, en medio de este escenario el fantasma de las importaciones vuelve a transformarse en un factor de incertidumbre para proyectar lo que será el desempeño del sector en el resto de la temporada.
Entre enero y febrero han ingresado a Chile el equivalente a 112 millones de litros, un 89% por sobre lo que se importó en 2016 y casi un tercio de lo que se produjo en el país.
Aunque los datos no permiten establecer los responsables detrás de estas importaciones, lo concreto es que el 40% (en valor) proviene de Nueva Zelandia, origen también de los capitales que controlan la empresa láctea con mayor influencia en el mercado lácteo chileno.
