Según los últimos datos ofrecidos desde Bruselas se espera un aumento de la producción en relación a 2015 de del 0,6%, es decir un aumento de 800.000 toneladas en comparación con la campaña previa.
Los Estados miembros que más van a contribuir a ese aumento, por loque a volumen se refiere, son Holanda, Irlanda, Italia, Alemania, Polonia y Dinamarca, aunque varios de estos países podrían enfrentarse a una una fuerte disminución de la producción de leche en la segunda mitad del año, especialmente en los casos de Polonia o Alemania, pero no va a compensar totalmente el gran aumento de la primera mitad de 2016.
En Holanda, existen importantes incertidumbres sobre el futuro del sector ante la aplicación de la legislación en materia de fosfatos para la reducción de emisiones. Hasta ahora muchos agricultores han decidido seguir con el trabajo en las explotaciones lácteas, pero destacan la puesta en marcha de iniciativas tendentes a la reducción de la producción como la de la cooperativas Friesland Campina que anunció un apoyo de 10 € /100 kg que se suma a la ayuda de a 14 euros por cada 100 kilos abandonados de la UE
En Irlanda se mantiene una alta producción, más atenuada en los últimos meses, a pesar de contar con uno de los precios más bajos de la UE pero los bajos costes de producción, especialmente de los pastos, les permite mantener una cierta competitividad.
Por lo que se refiere a Italia, el precio de la leche pagado a los ganaderos disminuyó pero permaneció entre las más altas en Europa, gracias a la importante cantidad de marcas de garantía y de calidad de quesos que permiten valorizar la leche.
Por el contrario, la producción de leche del Reino Unido ha disminuido, ya desde marzo, en relación a 2015 como consecuencia de una acusada bajada de los precios pagados a los ganaderos.
En Francia se anuncia una significativa reducción de la producción de leche en 2016, con unos precios relativamente elevados, especialmente si se compara con las medias europeas.
