En 2005, la entonces Provincia de Valdivia (Región de Los Ríos a partir de 2007), registraba en los reportes oficiales del Ministerio de Agricultura una recepción de 440 millones de litros de leche/año, equivalente a cerca del 25% del total recepcionado en el país (1.723 millones de litros).
Diez años más tarde – en 2015 – nuestra región reportó una recepción de 680 millones de litros de leche, que explicaron el 33,5% del total nacional: 2.028 millones de litros. Incluso, algunos análisis acerca del origen efectivo de la producción (dado que hay leche que se produce en la región, pero por destino industrial se registra en regiones vecinas), esta participación de Los Ríos llegaría al 36%.
Cuando tratamos de buscar las explicaciones para este proceso de mayor preponderancia de la cadena láctea regional en el contexto país, inevitablemente surge otro dato interesante de relevar, como es la evolución que ha experimentado en los últimos diez años la compañía que hoy lidera de manera indiscutida el mercado lácteo: Colun
En el mismo periodo bajo análisis, este emprendimiento ubicado en el corazón lechero de la Región de Los Ríos pasó de procesar 332 millones de litros en 2005, con una participación del 19% en el mercado nacional de la compra de leche, a los 538 millones de litros elaborados en la campaña 2015, encabezando el ranking industrial del país con un 26%.
Extrapolando el crecimiento de esta compañía al concierto nacional, vemos que el aumento de su recepción en la década 2005-2015 explica por sí solo casi el 70% del incremento que ha tenido la recepción de leche en todo el país. Sin olvidar que su unidad productiva emplazada en La Unión se ha transformado – por lejos – en la de mayor magnitud en Chile.
De estas cifras surge quizá la explicación más evidente para entender la relevancia que ha ido adquiriendo la producción lechera en Los Ríos.
Pareciera no ser casualidad que el motor del crecimiento en la recepción nacional de leche esté representado por casi medio millar de productores que se encuentran integrados verticalmente en la cadena láctea, a través de esta empresa que se ha transformado en un verdadero ícono de los esfuerzos asociativos en el entorno agropecuario del país.
Sin embargo, este fenómeno de expansión no solo se ha verificado en torno a los productores vinculados a esta compañía (que representa casi el 80% de la recepción regional de leche), sino que también ha caracterizado la tendencia de la mayor parte de los demás productores que interactúan con las procesadoras de capitales privados (nacionales y extranjeros).
Para ellos el desafío ha sido mucho mayor, ya que han debido lidiar en un mercado donde sólo participan como proveedores de la materia prima que mueve el negocio y por lo tanto están excluidos de los beneficios que genera la actividad en la fase industrial. Sin embargo, en este segmento también se ha verificado un proceso de crecimiento importante, presionado por la necesidad de lograr una escala de negocio cada vez mayor, que retribuya de manera más razonable su esfuerzo e inversión.
Mención especial debemos hacer también para un grupo importante de emprendimientos industriales de menor tamaño que se han ido posicionando a nivel regional como interesantes alternativas de comercialización y procesamiento de leche, favoreciendo de paso la necesaria competencia que requiere el mercado.
Más allá de las complejidades de la coyuntura, visualizamos un rol cada vez más relevante de la lechería en el contexto regional, cuyo valor, sólo en leche producida, equivale hoy a unos 230 millones de dólares.
Considerando esta relevancia, estamos haciendo permanentes esfuerzos de convencer a nuestras autoridades para que desde el ámbito público se sumen a la gran oportunidad de consolidación de esta cadena productiva, por ejemplo, a través de un incremento significativo en el co-financiamiento para obras de riego.
