Un nuevo traspié tendrá la institucionalidad estadística del país. Pero esta vez no se trata de un proceso fallido como el Censo 2012 o la Encuesta de Protección Social del mismo año, sino que es un postergación de otro relevante levantamiento estadístico: el Censo Nacional Agropecuario 2017.
Fuentes del Gobierno señalaron que si bien desde el año pasado se estaba analizando si se realizaba o no este proceso, una reciente reunión entre el INE y la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), dependiente del Ministerio de Agricultura, terminó por sentenciar cualquier posibilidad de llevarlo adelante en su fecha original y se decidió postergarlo, preliminarmente, para 2019.
Otros personeros del Ejecutivo explicaron que la primera razón de este aplazamiento apunta a un tema de logística, ya que este levantamiento de información recae mayoritariamente en el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el cual está enfocado totalmente en sacar adelante el Censo Nacional abreviado, fijado para el 19 de abril de 2017.
Pero asimismo, también admitieron que está presente el factor recursos, ya que el Ministerio de Hacienda, en su plan de ajuste fiscal, no habría dado el pase para la realización de este conteo, ya que además no está dentro de las prioridades.
De acuerdo a fuentes del Ministerio de Agricultura, si bien la cartera “siempre está en constante actualización de los datos, la información que entrega un Censo es mucho más completa y profunda, por lo que es una mala noticia no contar con esta información actualizada”.
El Censo Agropecuario comenzó a realizarse en 1930 y luego de esa fecha se han efectuado otros seis conteos: 1936, 1955, 1965, 1976, 1997 y 2007. Si bien en los primeros censos no había una periodicidad establecida, en 1997 se adoptó la idea de realizarlo cada 10 años, siendo el último proceso en 2007. Así, con esta suspensión, se cortará dicha periodicidad.
¿Para qué sirve? Una de las características de este censo es que permite entregar información al mínimo detalle, tanto a nivel territorial —comuna y distrito—, como a nivel de tamaño de los productores y explotaciones agrícolas. Asimismo, sirve para mostrar las transformaciones de la estructura agraria del país relacionadas con el uso y tenencia del suelo, tipos de cultivos, existencias ganaderas, tecnología y mano de obra empleada. Esta base estadística es un insumo para el desarrollo de las políticas públicas del Ministerio de Agricultura, puesto que permite identificar la nueva realidad del sector.
Críticas a la decisión. La decisión adoptada por el Gobierno no cayó nada de bien en los distintos actores que se relacionan con el sector. Uno de ellos es el senador e integrante de la Comisión de Agricultura, José García Ruminot (RN), quien dijo que “todavía no tenemos una información oficial sobre esta postergación, por ello, el próximo lunes solicitaré en la Comisión que se cite al ministro de Agricultura, Carlos Furche, para que nos explique esta decisión y a la vez tratar de buscar alguna alternativa para que se pueda reconsiderar”, afirmó. El legislador que representa a la Región de la Araucanía, también enfatizó que “no se trata de llegar y cambiar una fecha pre establecida, porque la información que provee un censo es muy importante para las políticas públicas del sector y por lo tanto, mantener la serie cada 10 años permite hacer comparaciones más precisas”.
Mientras que para el ex ministro de Agricultura, Luis Mayol, “el censo es trascendental para la toma de decisiones y así realizar buenas políticas públicas”. Además sostuvo que permite “evaluar los actuales programas de fomento para el sector”, por lo que le llama la atención que “el ministerio no lo haya puesto como prioridad”. Para Mayol no es válido el argumento de que la realización del Censo Nacional 2017 impide este proceso en paralelo, puesto que este trabajo se realiza en conjunto con Odepa y el Centro de Información de Recursos Naturales (Ciren), que también depende del ministerio, “por lo que no todo recae en el INE”.
