• SABÍAS QUE...
    • De cada 3 litros de leche que se producen en Chile 1 proviene de la Región de Los Ríos
    • El consumo de lácteos en Chile bordea los 150 litros per cápita
    • Río Bueno es la comuna que más leche produce en Chile (15%)

Noticias buenas ¿ para todos?

  • Opinión
  • 04 abril 2016
  • Edgardo Zwanzger, Presidente Aproval Leche

Los registros de la Superintendencia de Valores y Seguros dieron cuenta que Soprole, responsable del 25% de la compra de leche en Chile, casi duplicó sus utilidades en el ejercicio 2015, comparado con la campaña 2014.

Las ganancias de esta compañía superaron los $33 mil millones el año pasado, muy por sobre los $17 mil millones de la temporada precedente.

¿Dónde está la “buena noticia” se preguntarán los productores de leche, cuando la mayoría cerró el 2015 con cuantiosas pérdidas y un endeudamiento no presupuestado para sobrellevar las consecuencias de la sequía veraniega?

Lo positivo de esta información es que a pesar de un contexto internacional extremadamente deprimido y un comportamiento de la economía nacional muy por debajo de lo esperado, el negocio del procesamiento de leche fresca y la comercialización de productos lácteos elaborados, ha demostrado ser muy favorable para quienes operan en los eslabones superiores de la cadena láctea o para aquellos productores que han podido integrarse verticalmente al negocio.

Siguiendo el ejemplo de Soprole y haciendo una cuenta muy simple – a riesgo de que técnicamente no sea muy rigurosa – tenemos que esta empresa controlada por capitales neozelandeses ganó el equivalente a $65 por cada litro de leche que compró y procesó en 2015.

No tenemos conocimiento exacto del margen de los canales de comercialización final, pero sabemos que estaría en torno al 20%.

Entonces, no era necesario ser un experto en economía o finanzas para saber que mientras los productores de leche experimentamos bajas cercanas al 15% en el precio de venta de nuestro producto y en el supermercado los consumidores seguían pagando precios de la época de “vacas gordas” del 2014, el resultado lógico sería ganancias relevantes para aquellos actores del procesamiento y la comercialización final.

La pregunta que surge entonces es qué tan sostenible es una cadena agroalimentaria que concentra los beneficios en algunos eslabones y derechamente margina de la “fiesta” a quienes movemos la actividad con la producción de la materia prima.

Tampoco es necesario ser especialista en economía para saber que bajo estas condiciones la sustentabilidad de la producción primaria está en riesgo.

Si las noticias no son buenas para todos los actores de la cadena, significa que estamos en un problema.

Por eso reiteramos nuestro llamado a dar señales a la brevedad para enfrentar la campaña de invierno en condiciones razonables, ya que lo ocurrido en 2015 demuestra que sí hay espacio para una mejor valorización de nuestra leche.