El proyecto Fondef Idea implicó la adjudicación de 150 millones de pesos para el desarrollo de un aditivo nutricional en base a corteza de pino insigne, en un plazo de 2 años, según explicó el académico y jefe del Laboratorio, Jorge Ávila.
“Como la industria del pino es de grandes volúmenes a nivel regional y genera este residuo, se están buscando aplicaciones y nosotros estamos trabajando en la utilización de un extracto de este residuo en alimentos para animales. Este extracto lo está desarrollando la Unidad de Desarrollo Tecnológico (UDT) de la Universidad de Concepción”, precisó el investigador.
Ávila sostuvo, además, que “la idea es utilizarlo en alimentación para rumiantes, con varios propósitos: por una parte, reducir las emisiones de metano y aumentar la eficiencia en el uso del nitrógeno, tema relevante en producción lechera y cárnica. Los rumiantes han sido cuestionados por sus efectos sobre los gases de efecto invernadero que tienen impacto sobre el cambio climático, lo que motiva al laboratorio a desarrollar estrategias de alimentación que mitiguen esas emisiones de gases y permitan mejorar la rentabilidad y sustentabilidad de las explotaciones ganaderas”, indicó el docente.
Primer rumen artificial
Uno de los productos de innovación del proyecto fue el desarrollo de un rumen artificial, el primero del país.
“Este aparato está compuesto por ocho fermentadores que simulan la panza de una vaca. Este equipo es inoculado con licor ruminal extraído de vacas fistuladas, lo que permite incubar distintas dietas simulando el proceso digestivo del animal. Este proceso evalúa la digestibilidad de las dietas, los productos de la fermentación y las emisiones de gases incluyendo metano y óxido nitroso. Podemos adicionalmente evaluar estrategias nutricionales con una multiplicidad de bases forrajeras, concentrados en diferentes relaciones y aditivos que permitan optimizar la eficiencia de uso de los alimentos que dispone el ganadero”, dijo Ávila.
Generación de productos sanos
En tanto, a través de la adjudicación del proyecto Fondecyt, que implica 100 millones de pesos, se busca crear para este laboratorio, herramientas tecnológicas similares para generar productos lácteos y cárnicos con perfiles de ácidos grasos más sanos para el consumidor y reducir pérdidas de energía de la dieta bajo la forma de metano.
“En este caso, usaremos un residuo de la producción de biodiesel, glicerina, que se encuentra en todos los alimentos y lípidos, en conjunto con linaza, con la finalidad de modificar la fermentación ruminal y reducir la producción de metano, lo que genera beneficios para el productor y el medio ambiente, ya que entre un 5 y un 15 por ciento de la energía que consume el animal se pierde bajo la forma de metano. En los dos proyectos buscamos reducir emisiones de metano, reducir emisiones de amonio y óxido nitroso y promover la formación de ácidos grasos más saludables en los productos de los rumiantes”, explicó Jorge Ávila, quien trabajó en el desarrollo del rumen artificial con Gerardo Jiménez.
Investigadores
El equipo de trabajo en este laboratorio, incluye además, a los académicos Rodrigo Allende, de la Facultad de Ciencias Veterinarias; Pamela Williams, de la Facultad de Agronomía; el ingeniero de proyectos, Juan Pablo Salazar, de la Unidad de Desarrollo Tecnológico de la UdeC; los tesistas de doctorado, Nelson Vera y Tania Junod; y la tesista de pregrado, Constanza Gutiérrez.
