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Colusión es un fantasma siempre presente en la agricultura local

  • Noticias
  • 05 noviembre 2015
  • La Discusión Chillán

El caso confort puso en evidencia el tema de la colusión y los abusos que esto significa para el consumidor. A nivel local la percepción general es que existe otro tipo de colusión, que es la que harían los actores dominantes de la industria con productores de materia prima agrícola, que se nota menos, como comenta el dirigente agrícola Carlos Smith, pero que presenta más que dudas razonables en rubros como trigo, leche y uva vinífera, que son en los que la situación es más evidente.

La queja del presidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble Alfredo Wahling y la del timonel de la Red del Vino, Víctor Rabanal, es la misma: que la Fiscalía Nacional Económica atiende sus denuncias en estos caos, pero les pide pruebas contundentes y que deben ser ellos mismos los que aporten dichas pruebas como grabaciones, escuchas de reuniones, fotos, etc.

Ambos dirigentes señalan que no están para efectuar labores policiales y que debería ser la Fiscalía la que investigue. Finalmente se topan con una muralla infranqueable y terminan desistiendo de sus denuncias. En el caso de la leche y la uva vinífera, se han presentado requerimientos y la respuesta ha sido que efectivamente hay una alineación de precios entre las industrias -en el caso de la leche las dominantes son Soprole y Nestlé y en la uva, Concha y Toro – pero no se ha comprobado que esto se deba a una colusión.

Víctor Rabanal, dirigente viñatero local, conoce el problema de cerca ya que con su par, Juan Carlos Lagos, también de Ñuble, asistieron a la Fiscalía Nacional Económica y presentaron su caso durante dos años: “Al final recibí un sobre cerrado de la Fiscalía en que se reconocía que los precios y las condiciones de compra de las viñas eran las mismas, pero que eso por si solo no era concluyente”.

Alfredo Wahling que es productor lechero y participa en Fedeleche, nos pone un dato duro en la mesa: “Tenemos un estudio que señala que por el solo concepto del no traspaso de las alzas de valores a los productores de leche, la industria se ha ahorrado en 5 años un monto de $700 millones de dólares”.

Carlos Smith, también dirigente del agro y gran productor triguero, cree que en Chile es fácil para la empresas ponerse de acuerdo en el tema de precios ya que en el mercado hay empresas dominantes: “El problema es probar esto. No creo que sea un tema generalizado, pero es posible que se coludan las empresas y lo más probable es que ocurra. Tiene que ver con nuestra historia, convivimos con dichos como a río revuelto ganancia de pescadores. Hemos adoptado el sistema de libre mercado, pero se ha ido perdiendo la honestidad”.

Señala que el contraste con lo que existía en el país hace 50 años en que el Gobierno fijaba el precio de los productos y la actual situación de libre mercado, la última es un ambiente más grato y estimulante para los productores, pero que se dan estos casos de gente que sin necesidades económicas, ni problemas de sobrevivencia, den estos ejemplos que estamos viviendo y que involucran a grandes empresarios.

El dirigente afirma que en el tema agrícola desde hace años que se viene dando esta situación, que es menos notoria que los últimos acontecimientos como lo de los papeles, porque las víctimas aquí son los productores agrícolas y no el consumidor final.

Respecto a otras industrias monopsónicas como Iansa y Beneo Orafti, los entrevistados reconocen que hay formas de negociación más o menos perfectas, pero que los agricultores conocen los precios y condiciones antes de sus siembras.

Un sector minoritario del mercado agrícola, como el trigo candeal y el arroz, se salen de este esquema y han fijado los precios a través de referentes objetivos elegidos de común acuerdo y se logra un precio parejo, pero justo y previsible.