• SABÍAS QUE...
    • De cada 3 litros de leche que se producen en Chile 1 proviene de la Región de Los Ríos
    • El consumo de lácteos en Chile bordea los 150 litros per cápita
    • Río Bueno es la comuna que más leche produce en Chile (15%)

El valor de la agricultura

  • Noticias
  • 20 abril 2015
  • Christian Arntz Director Multigremial del Sur y presidente de SAGO

De hecho, Chilealimentos (la asociación que agrupa a la mayoría de empresas procesadoras de estos productos del país) preveía que de los 37.000 millones de dólares que sumaban el 2014 las ventas de alimentos en Chile, “en diez años podrían llegar a 60.000 millones de dólares”, aseguraba Guillermo González, gerente de la entidad. En su opinión, “la industria de los alimentos va a representar más que el cobre para la economía chilena. Es uno de los sectores con mayores perspectivas”.


Ante las altas expectativas, se hace visible una simple interrogante: ¿de dónde surgirán estos alimentos que convertirán a Chile en una potencia agroalimentaria en el futuro? ¿Qué sector debe ser potenciado y cuidado para que se cumplan estas profecías financieras?

En todo el país, pero sobre todo en el sur, la agricultura es el principal motor de la economía. Existen generaciones de chilenos que han dedicado su vida completa a labrar con sus manos el campo, invirtiendo todo su capital y esfuerzo, para hacer de la tierra algo productivo; cultivando o produciendo leche, carne, trigo, cereales, frutos, hortalizas, verduras, y todo lo que el inigualablemente fértil suelo nacional ha permitido crecer en esta austral zona del mundo.

La agricultura no descansa, porque se mueve al ritmo de la naturaleza, potenciando la economía nacional, generando empleo, desarrollo horizontal, y a diferencia de otros rubros, permitiendo posibilidades ciertas de crecimiento para emprendedores y profesionales.

Y a pesar de la tremenda incertidumbre que significa para un agricultor vivir y trabajar en una de las economías más abiertas del mundo, son muy pocos los que abandonan. Todo lo contrario: las siguientes generaciones vuelven más preparadas que las anteriores a continuar el trabajo. Y así, son cientos de jóvenes egresados de institutos profesionales, universidades y liceos agrícolas, que se incorporan a este sector, trabajando para alimentar a Chile y al mundo.

El valor de la agricultura es incalculable, porque es una forma de vida. El orgullo del campesino que vive de su trabajo, del agricultor que amanece antes del alba, o de cualquier colaborador agrícola al terminar su jornada, no tiene precio.

Si Chile quiere llegar a ser una potencia agroalimentaria, dejando atrás su dependencia cuprífera, no debe olvidar a quienes están detrás de este sueño, y que día a día trabajan desarrollando, cultivando y cuidando el bien más preciado que tenemos como país: nuestra tierra.