Esto significó un crecimiento en la entrega de leche de 1,3% en relación con igual mes del año anterior, pero una reducción del aumento observado en diciembre de 2014, que fue de 2,6%, informó Odepa.
Con esto, afirmó el organismo, se inició una etapa difícil, como resultado de problemas meteorológicos que aún a mitad de marzo no se solucionan. El año 2014 terminó con escasas lluvias y claro déficit de humedad. Esto se suponía como un fenómeno transitorio, con impactos acotados y reversibles. Sin embargo no ha sido así.
Con esto, y considerando que las temperaturas efectivas de crecimiento durante enero se mantuvieron en rangos promedio, el balance hídrico fue muy negativo, es decir, la evaporación acumulada superó largamente a la precipitación acumulada, situación que se prevé podría continuar en lo que resta del primer trimestre, regularizándose sólo a partir de abril.
El estrés hídrico disminuyó las tasas de crecimiento de las praderas en las regiones de Los Ríos y Los Lagos, por lo cual muchos agricultores tuvieron que anticipar la suplementación de los animales con forrajes conservados destinados a los meses de invierno.
Para este crítico escenario las lecherías han debido considerar ajustes en el balance forrajero, proyectar cultivos paliativos en otoño y, si es posible, anticipar la compra de alimentos suplementarios para la época de invierno, los cuales van a incrementar su valor en los meses de escasez.
reducción de las entregas de leche en las regiones del sur se vio compensada por un aumento de la recepción en las plantas de las regiones Metropolitana (5,4%) y del Bío Bío (4%), cuya producción se basa en praderas de riego, lo que explica el aumento de la recepción a nivel nacional en enero.
El efecto de la sequía se comenzó a sentir más fuerte en febrero, mes en que se estima una baja en las entregas, que podrían superar un 10% inferior que en el mismo mes de 2014, a nivel nacional. Si la sequía se prolonga hasta fines de marzo el escenario podría agravarse considerablemente, ya que el forraje será más escaso.
No se pronostican lluvias de importancia para la primera quincena de marzo, y tal vez sólo en abril se regularizaría la pluviometría. Hay que considerar al respecto que después de varias lluvias de 40 y 50 mm habría que esperar sobre 20 días para que haya rebrotes utilizables.
Es probable que algunos productores entre La Araucanía y Los Lagos tengan que secar vacas en forma anticipada, para privilegiar el uso de su forraje, lo que hará que la producción decline. La revisión del detalle de compras de leche en enero a nivel nacional por las diferentes industrias entrega crecimientos a tasas interesantes para algunas de ellas: 3,5% de Colún, 2,5% de Soprole, y retrocesos leves para otras: Surlat (-2,5%) y Danone (-1%).
Algunas empresas pequeñas siguen creciendo a tasas altas, como Bioleche, de Los Ángeles, que incrementó sus compras en 43%, y Lácteos del Sur, que creció 19,4%. En particular, aumentarían su recepción las plantas lecheras desde la octava región al norte. En contraste hay empresas y plantas que vienen decreciendo fuertemente, como Nestlé de Osorno, que disminuye 7,4% sus compras en enero, y Soprole de Temuco, que baja en enero más de 35%, por un parcial retiro de la empresa en esta región.
Cabe hacer notar que el año 2014 la industria láctea mayor recibió una cantidad prácticamente igual a la de 2013 (2.149 millones de litros). En diciembre, a nivel país, registró un crecimiento de 2,6% respecto de igual mes de 2013. El aumento de 0,8% en la recepción nacional total (a 2.490 millones de litros), hay que atribuirlo a la estimación de aumento en la recepción de la industria láctea menor, que hasta septiembre era de 5% y se estimó en 6% para todo 2014.
Adelantos de las compras de leche del mes de febrero muestran caídas preocupantes. Entre las citadas antes, Colún baja 8,5%. Por su parte, Soprole-Prolesur en todas sus plantas del país reduce 6,5% su recepción. Otra empresa que ya no crecía en enero, Surlat, pasa a disminuir 13,8% sus compras en febrero, y Danone las reduce en 11,9%. Por otra parte, datos preliminares de Watt’s y Nestlé señalan menores compras en febrero de 10,3% y 16,7%, respectivamente.
En general, estas seis más grandes empresas de la industria láctea mayor alcanzan en febrero una caída de 10,4%. Lo anterior se debe en una buena parte al poco aporte que estarían entregando las praderas, que, como consecuencia de la sequía y el calor, no crecen y bajan su calidad nutritiva. Para ayudar a resolver el tema se requerirán líneas de crédito ágiles para hacer cultivos suplementarios de invierno: nabos y/o ballicas anuales de invierno, avenas forrajeras o sorgo forrajero. En el caso de Indap, ayudas para cultivos y en general algún suplemento de los recursos para el programa de suelos degradados. Por otro lado, los actuales bajos precios del maíz y la soya favorecen la suplementación de tales insumos para la alimentación, a pesar del alza del dólar.
Respecto a las entregas por región, la Araucanía muestra la mayor caída (7,4%). La sigue la Región de Los Lagos, que baja levemente (0,3%). Las otras regiones muestran volúmenes de compra superiores, destacando la Región Metropolitana, con un incremento de 5,4%, seguida por las regiones de Los Ríos (4,9%) y del Bío Bío (4%).
Precio a productor
Con respecto a los precios pagados por la leche, los datos de Odepa dan cuenta de una caída de 9,1% en términos reales entre enero de 2014 y el primer mes de 2015, pasando de $ 223,07 a $ 203,65. Esta baja es de aproximadamente 5% con respecto al precio medio de diciembre, y se debe en parte a composición de la leche y a nuevas pautas de pago de algunas empresas.
Como ejemplo puede señalarse el caso de Soprole, que a principios de diciembre anunció una rebaja de $ 16 en el precio base de sus compras. En todo caso, el precio medio de enero, dado el ajuste del dólar, equivale a USD 0,33 por litro, lo que nos hace muy competitivos y nos coloca levemente por debajo de Brasil (USD 0,35), Argentina y Uruguay (USD 0,37), pero por sobre Nueva Zelanda, que está pagando algo más de USD 0,30.
Según Odepa, no debe descartarse la posibilidad de un eventual mejoramiento de los precios de la leche a productor, si la recepción sigue bajando y si los precios internacionales continúan recuperándose (se ha observado un aumento de 30% desde los remates de diciembre), debido a una sequía en Nueva Zelanda y cierta recuperación de las compras de parte de China y otros. Debe recordarse, eso sí, que esta recuperación se realiza después de un verdadero desplome del precio internacional, que hizo llegar el precio de la leche en polvo a USD 2.200 por tonelada, el menor nivel en cinco años.
Por otro lado, parece existir una desaceleración de las ventas internas de lácteos a consumidor. Terminado el año 2014 y como resultado de una producción interna con un leve crecimiento y un balance de comercio exterior en que las exportaciones superan a las importaciones, el consumo anual per cápita estimado bajaría en 2014 desde 147 litros a 142 litros.
