Por el lado de las compañías demandadas, obviamente existe la percepción de que esta gestión carece de fundamentos, lo cual deberán probar ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia.
En el caso de Soprole, filial de la neozelandesa Fonterra, el tema ha ido mucho más allá y en una evidente acción de represalia ha suspendido el método de recaudación de aportes que sus proveedores le habían autorizado a recolectar mensualmente de su venta de leche, para contribuir a financiar sus organizaciones gremiales, la promoción del consumo y la investigación y transferencia tecnológica sectorial.
Debido a la forma unilateral e inconsulta con que actuó esta empresa, las asociaciones afectadas - también bajo la coordinación de FEDELECHE - interpusimos un recurso de protección que fue acogido al igual que la “orden de no innovar” que la Corte de Apelaciones de Santiago hizo suya,obligando a Soprole a mantener el actual sistema de recaudación de aportes gremiales, mientras se pronuncia sobre el fondo del recurso.
Si bien esta resolución judicial ha sido favorable a nuestras organizaciones de productores, lo cierto es que estamos conscientes de que se trata de una medida temporal y que nos dará un poco más de holgura para hacer las gestiones tendientes a buscar un sistema de captación de recursos que ofrezca una menor dependencia de los poderes de compra.
Ni hablar del “lobby desatado” que esta misma compañía ha impulsado en los días siguientes a la demanda ante el TDLC, con el fin de tergiversar ante sus proveedores el sentido de esta gestión y además intentar hacerles creer que la demanda será negativa para los productores.
Como hemos señalado desde un inicio, esta acción gremial ante el TDLC lo único que pretende es dirimir ante la instancia jurídico-económica que corresponde, una diferencia comercial que se viene arrastrando por años y que no ha sido factible de subsanar directamente entre productores y poderes de compra.
En tal sentido, tenemos la convicción y la tranquilidad de haber actuado responsable y profesionalmente para enfrentar el principal punto de conflicto que ha marcado la relación entre estos dos actores de la cadena y que – desafortunadamente – ha sido una de las principales razones por las cuales no hemos logrado despegar con toda la fuerza como cadena láctea, considerando la gran potencialidad en la que todos estamos de acuerdo.
