• SABÍAS QUE...
    • De cada 3 litros de leche que se producen en Chile 1 proviene de la Región de Los Ríos
    • El consumo de lácteos en Chile bordea los 150 litros per cápita
    • Río Bueno es la comuna que más leche produce en Chile (15%)

LATINOAMÉRICA JUEGA A RÍO REVUELTO

El conflicto entre Rusia y Ucrania no solo afecta al mercado de los cereales, como el trigo y el maíz, sino que va más allá y las represalias que el país liderado por Putín recibió, ya comienzan a dar que hablar.
Moscú inició negociaciones con diplomáticos de diferentes países latinoamericanos para que sustituyan los alimentos que prohibió importar de la Unión Europea (UE), Estados Unidos y otras naciones, debido a que estas se muestran políticamente a favor de Ucrania en el conflicto que mantienen los dos países. Este cambio que podría valer cientos de millones de dólares, favorece a América Latina (en especial a los países agroexportadores como la Argentina) que parecen resueltos a hacer valer el dicho de que ‘a río revuelto, ganancia de pescadores’. La región ya se frota las manos ante la posibilidad de aumentar sus ventas de alimentos a Rusia, en un giro inesperado de la crisis ucraniana, informó la BBC.
El veto ruso al ingreso de carne, lácteos, frutas, verduras y pescados de Europa o Norteamérica es una respuesta a las sanciones que recibió Moscú por su política en Ucrania. Y esos son precisamente algunos de los principales productos alimenticios de exportación de Latinoamérica.
El servicio federal ruso de vigilancia veterinaria y fitosanitaria conocido como Rosseljoznadzor anunció el jueves reuniones con representantes de Brasil, Argentina, Chile y Ecuador buscando “ampliar las importaciones alimentarias de esos países”. También indicó que mantuvo un encuentro con el embajador uruguayo, Aníbal Cabral Segalerba.
El objetivo es cubrir al menos parte del vacío que dejará en el mercado ruso la prohibición por un año al ingreso de alimentos de la UE (que el año pasado le vendió por US$15.800 millones) y EE.UU. (que le suministró por US$1.300 millones). Los contactos parecen estar surtiendo rápido efecto.
“Algunas importaciones latinoamericanas de carne y productos lácteos podrían comenzar a llegar al mercado ruso el mes próximo”, dijo una portavoz rusa a la agencia de noticias RIA Novosti.
Moscú ya anunció el levantamiento de barreras a empresas de Brasil, que según el diario Folha de S.Paulo sólo por ventas de pollo quizás aumente sus envíos a Rusia en hasta US$300 millones. Chile podría triplicar el suministro de pescado, indicó Rosseljoznadzor.
Por su parte, Putin ordenó ampliar las importaciones alimentarias de América Latina, y muestras de ello las dio en su último viaje a nuestro continente.
“Cuando se ven las exportaciones que hoy existen a Rusia desde Brasil, el sector más competitivo es principalmente el de alimentos”, dijo Welber Barral, un exsecretario brasileño de Comercio Exterior que trabaja como consultor a nivel regional.
“Es una oportunidad muy importante, porque es un producto de valor agregado y Rusia es un mercado consumidor con 140 millones”, agregó en diálogo con BBC Mundo, el exsecretario
Las sanciones que EE.UU. y la UE anunciaron hace una semana contra Rusia incluyen embargo de armas, restricciones en mercados financieros y reducciones de acuerdos en el sector energético. La réplica rusa, ordenada por el presidente Vladimir Putin, vetará también el ingreso a su mercado de alimentos de países aliados de Washington como Australia, Canadá y Noruega.
Rusia ya había mostrado en plena crisis ucraniana un interés peculiar por Latinoamérica. Su canciller Sergei Lavrov realizó una gira por la región a fines de abril y el propio Putin visitó en julio Cuba, Argentina y Brasil.
“América Latina en general no ha sido muy receptiva a la presión o incentivos de EE.UU. y la UE para unirse a los esfuerzos de aislar a Rusia”, indicó Oliver Stuenkel, experto en relaciones internacionales de la Fundación Getulio Vargas, en Sao Paulo.
“Eso no tiene que ver con una opinión latinoamericana específica sobre el caso de Rusia, sino más bien con un escepticismo sobre el papel de EE.UU. en relaciones internacionales”, agregó en declaraciones a BBC Mundo.
Pero a su juicio es probable que Washington y Bruselas aumenten sus esfuerzos para que Brasil tome distancia de Moscú, ante señales de que los problemas entre Rusia y Occidente tienen un carácter más permanente de lo que se creía. De esto, la Argentina podría trnasformarse en el primer aliado comercial de Rusia.


PERSPECTIVAS EN ARGENTINA

La decisión de Rusia de prohibir las importaciones de la Unión Europea y Estados Unidos “podría significar un aumento de 20% en las exportaciones totales del sector” lácteo argentino, estimó el presidente del Centro de la Industria Lechera (CIL) de Argentina, Miguel Paulón.
“Estamos analizando esta ventana de oportunidad que se abre, en función de algunas variables que son relevantes para el negocio, como los precios de los productos y las formas de pago que ofrezcan los rusos”, indicó Paulón a Télam.
Precisó que “todas las compañías del sector están recibiendo muchas consultas de importadores y operadores privados de Rusia en busca de queso, manteca y leche en polvo descremada”.
“Estamos en condiciones de abastecer en el corto plazo al mercado ruso”, aseguró el dirigente empresario, quien evaluó que esta posibilidad “es una noticia que llega en un momento estratégico para la cadena láctea argentina, porque los precios internacionales están con tendencia a la baja”.
En consecuencia, estimó que Rusia “agregaría una oportunidad que puede hacer mejorar esa situación”, y anticipó que “hay varias compañías del CIL que van a participar de la feria de alimentos que en setiembre se realiza en Moscú”.
“Estamos terminando un relevamiento entre nuestros socios, de los volúmenes con posibilidades de estar en disponibilidad en una operatoria con Rusia”, remarcó Paulón.
Puntualizó que el sector actualmente “comercializa con Argelia, Venezuela, Colombia y China, entre otros destinos”, por lo cual afirmó extender las ventas al mercado ruso “va a estar en función de los precios que estén dispuestos a reconocer”.
En consecuencia, concluyó que “el objetivo es aprovechar esta oportunidad, siempre que los precios sean compensatorios y las formas de pago seguras”.