• SABÍAS QUE...
    • De cada 3 litros de leche que se producen en Chile 1 proviene de la Región de Los Ríos
    • El consumo de lácteos en Chile bordea los 150 litros per cápita
    • Río Bueno es la comuna que más leche produce en Chile (15%)

Visión estratégica

  • Opinión
  • 29 junio 2014
  • Edgardo Zwanzger Azócar, Presidente Aproval-Leche AG
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La adhesión de Chile al Mercosur ha sido la manifestación más evidente de esta obsesión por embarcar al país en decisiones carentes de una visión de largo plazo y que a la postre han resultado nefastas para el sector agropecuario, en general, y para nuestra lechería, en particular.
Haber “negociado” rubros como la carne, el trigo y la leche con desgravación total fue uno de los errores más grotescos de que tengamos memoria en materia de políticas sectoriales.
Incluso, ésta fue una de las razones por las cuales los productores de leche decidimos organizarnos en torno al rubro a nivel nacional, ya que la estructura gremial de esa época, con organizaciones que representaban a todos los rubros, creemos que influyó de manera importante para que no se haya concretado una negociación más favorable para el sector lechero.
Esta experiencia nos sirvió para enfrentar nuevos desafíos de una manera distinta y la negociación del acuerdo comercial entre Chile, Nueva Zelandia y Singapur (conocido como P-3) ha sido un buen ejemplo.
A mediados de la década pasada, las autoridades de la época se obsesionaron con embarcar al país en este acuerdo, bajo la premisa que representaba una gran oportunidad para Chile, lo cual era correcto pero solo bajo un punto de vista.
En el caso de Nueva Zelandia, efectivamente para nosotros era una buena opción de acceder a bienes y servicios en los que dicho país ha logrado un extraordinario desarrollo (educación, tecnologías y equipamiento para el agro).
Sin embargo, nuestro conocimiento del sector lácteo y la experiencia recogida desde 1998 cuando formamos nuestra estructura gremial lechera nacional y regional, nos llevaron a condicionar la firma de este acuerdo comercial a ciertas medidas que nos permitieran resguardar a la lechería chilena de eventuales impactos de un país que, apoyado fuertemente por su Estado, se había transformado en un actor relevante en el comercio mundial.
Por esta mirada se nos acusó de todo y de que nuestros temores eran injustificados porque Nueva Zelandia no tenía ningún interés en colocar sus lácteos en un mercado tan pequeño como el nuestro.
Nueve años después, con la reciente aplicación de la salvaguardia especial (que exigimos a cambio de la firma del P-3) aplicada por Chile para frenar la inundación de importaciones lácteas neozelandesas, hemos demostrado la importancia de tener una visión estratégica frente a estas iniciativas y la fuerza gremial para defenderla ante las autoridades.