Por Jaime Heinrich Commentz, Presidente Aproval Leche A.G.
En 2018, la empresa Prolesur, entonces filial de la neozelandesa Fonterra en Chile, al igual que Soprole, implementó un proyecto orientado a la exportación de productos lácteos que se basaba en un sistema de precios de la leche pagados a sus proveedores que trajo una baja significativa en su oferta de compra.
Tras sufrir el éxodo de casi un tercio de su materia prima, a la vuelta de un año la compañía abandonó el proyecto y desde 2019 inició una intensa campaña de recuperación de la leche perdida a través de sostenidos anuncios al alza en sus precios de compra que -como era esperable- fueron dando sus resultados.
Esta estrategia se mantuvo en medio de las negociaciones de Fonterra para enajenar sus activos en Chile al grupo peruano Gloria ya que, ante el inminente traspaso de la propiedad, los “fierros” industriales tenían otro valor con más leche disponible que con menos.
Al cierre de 2023 el grupo Gloria, ya con el control de Soprole-Prolesur, no sólo exhibió los niveles de recepción de leche previos al frustrado proyecto exportador de 2018, sino que llegó a representar el 27% de la compra de leche en el país.
A fines del año pasado, Nestlé sorprendió al mercado anunciando a sus proveedores una baja de precios importante, acompañada de la explicación que requería desprenderse de un volumen significativo de la leche que venía comprando debido un balance lácteo desajustado por una menor demanda.
La decisión cumplió su objetivo: la filial de la transnacional suiza disminuyó un 17% su compra de leche en el primer semestre de este año.
Sin embargo, a menos de un año de fijar su “repliegue” en el mercado lácteo nacional, Nestlé-Chile anunció una nueva oferta de compra de leche al alza a partir de septiembre próximo y el CEO local, Rodrigo Camacho, informó de nuevas e importantes inversiones en nuestro país entre las cuales figura la línea de fórmulas alimenticias infantiles basadas en leche.
Estos dos ejemplos de la historia reciente en nuestro sector parecieran demostrar que quienes tomamos la decisión de producir leche debemos asumir que no sólo el clima es un factor impredecible, también parecieran serlo las estrategias comerciales de las compañías procesadoras y ni hablar de la dinámica de los costos de nuestros insumos.
En resumen, la incertidumbre es un elemento inherente a emprendimientos privados como el nuestro y por lo tanto lo que nos queda es poner nuestras energías “trancas adentro”, para un uso lo más eficiente posible de nuestros recursos y tomar las medidas que estén a nuestro alcance para paliar la ausencia de demasiadas certezas.