• SABÍAS QUE...
    • De cada 3 litros de leche que se producen en Chile 1 proviene de la Región de Los Ríos
    • El consumo de lácteos en Chile bordea los 150 litros per cápita
    • Río Bueno es la comuna que más leche produce en Chile (15%)

Ni optimistas, ni pesimistas…

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Por Jaime Heinrich Commentz, Presidente Aproval-Leche A.G.

Hace unos días Aproval participó en un interesante encuentro sectorial para conocer los avances de un trabajo de diagnóstico de la cadena láctea chilena, con el objetivo de generar algunos consensos en torno a lo que debiera ser el desarrollo futuro de esta cadena agroalimentaria.

Este ejercicio de análisis interno junto a todos los actores del sector, por sí solo ya tiene un gran valor, pero quisiera destacar algunos aspectos relevantes de la discusión y que serán claves al momento de elaborar el informe final de este trabajo con las propuestas de futuro.

Lo primero que surgió fue un análisis crítico de lo que significó un ejercicio similar realizado hace 15 años y que resultó en una serie de ambiciosos objetivos, la mayoría de los cuales no se cumplió, excepto aquel relacionado con los avances en la calidad composicional de la leche, donde sí hemos registrado avances importantes.

Para ser justos, el entusiasmo de este trabajo del 2010 se realizó en un contexto de positivismo exacerbado por un ambiente muy favorable en medio de las celebraciones del Bicentenario del país y una presión por desarrollar una estrategia expansiva que inundó a muchos sectores productivos.

Con esa experiencia, hoy el entorno es diferente; hay una cadena láctea algo más madura y una tendencia a mirar las cosas ni con excesivo pesimismo ni con mucho optimismo, sino más bien realismo y pragmatismo, lo que pareciera ser un avance importante.

En este sentido, como Aproval planteamos nuestra discrepancia con la mirada de estancamiento y pesimismo que algunos actores del sector han querido atribuir a la lechería nacional. Si bien la producción medida en litros efectivamente ha crecido poco en los últimos 15 años, en paralelo la calidad composicional de esa leche es muy superior (en contenido de sólidos) y por lo tanto su valor es mucho mayor, comparativamente hablando.

Este solo indicador echa por tierra la tesis de la “década perdida” que vino a plantear un analista internacional con una mirada parcial de la realidad de nuestro sector y que muchos repitieron con entusiasmo y por años, sin considerar -además- la evolución que ha experimentado nuestra actividad tanto a nivel primario, como industrial.

Esperamos que este trabajo se transforme en un buen insumo para proyectar el desarrollo sectorial, porque ya en esta primera jornada pudimos observar la importancia de contrastar varias miradas y expresiones de deseos que dan vuelta en nuestra actividad, con la cruda realidad de los datos y eso es un buen inicio para no repetir la experiencia de 2010.