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Agro y bancos:  Balance positivo 

  • Nacional
  • 23 mayo 2024
  • Revista del Campo El Mercurio
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Tras años complejos por la sequía y la pandemia, las instituciones financieras y los agricultores están iniciando un acercamiento. Ayuda el aumento de las exportaciones y el valor del dólar. 

Por Eduardo Moraga Vásquez / Revista del Campo El Mercurio

El financiamiento de largo plazo sigue siendo un déficit para nuestro sector, especialmente para compra de tierra e inversiones importantes”. Paulina Carrasco, Presidenta Aproval

Como la mayoría de los bancos no tienen departamentos agrícolas es hacerles entender en qué consiste el trabajo en el campo”. Cristián Muñoz, Presidente Hortach 

Los agricultores son de los empresarios más conservadores a la hora de endeudarse y son muy cumplidores. Sin embargo, les cuesta más que a otros que les presten capital. Como la mayoría de los bancos no tienen departamentos agrícolas es hacerles entender en qué consiste el trabajo en el campo”, sostiene Cristián Muñoz, agricultor y presidente de la Asociación de Productores de Hortalizas. 

Muñoz explica que con la llegada de la pandemia el consumo de hortalizas aumentó tanto en Chile como en el mundo, por lo que el sector pasa por un buen momento y hay deseos de crecer. 

“Hay necesidades de mayor mecanización en los campos, de crecimiento de los invernaderos y de maquinarias para la elaboración de ensaladas listas. Todo eso requiere capital”, agrega Muñoz. 

En todo caso, el dirigente advierte que son escasos los créditos bancarios que se adaptan a los ciclos de las hortalizas, que usualmente es de cerca de 120 días. Por eso, a veces los agricultores deben recurrir a préstamos de consumo que se empiezan a pagar a los 30 días y con un alto interés. 

Juan Pablo Pinto, productor de uva de mesa en el valle del Aconcagua, explica que hace un tiempo tuvo una reunión con el comité de crédito de un banco con malos resultados. “No fueron capaces de entender por qué mi negocio  registraba ingresos solo tres meses en el año”. 

Si bien las relaciones entre la banca y el agro nunca fueron fáciles, los últimos años fueron especialmente complejos. La sequía en la Región de Coquimbo golpeó las inversiones en esa zona, mientras que la competencia de Perú y México cerró la ventana de exportación de rubros como las uvas de mesa y los arándanos.

A las complicaciones productivas y comerciales se sumó la brusca alza de tasas de interés impulsada por el Banco Central para frenar una inflación que en un momento se disparó sobre el 14%. Cada vez se hizo más caro endeudarse. 

Sin embargo, hay señales de acercamiento entre los agricultores y las instituciones financieras con la llegada de 2024. Las colocaciones bancarias durante febrero, el último mes con cifras oficiales, en la fruticultura, el sector agrícola que usa de manera más intensa capital, llegaron a $ 2,13 billones, un alza respecto de los $1,97 billones de marzo de 2023. 

Los buenos resultados en la mayoría de las exportaciones de fruta fresca en la temporada 2023-24 hacen prever que el atractivo del agro para los bancos debería crecer en lo que resta de este año. También ayuda la trayectoria a la baja de las tasas de interés a medida que avanza el control de la inflación. 

Distintas realidades
A la hora de analizar el financiamiento bancario hay que tener en cuenta que las realidades agrícolas son muy distintas. Desde un productor de lechugas de la Región Metropolitana que tiene un ciclo de 90 días desde que siembra hasta que cosecha, hasta un agricultor de avellanos europeos, que proyecta su inversión con un horizonte de un par de décadas. 

Por ejemplo, en el caso de la lechería se requiere un horizonte de varios años. 

“El financiamiento de largo plazo sigue siendo un déficit para nuestro sector, especialmente para compra de tierra e inversiones importantes cuando se trata de proyectos de crecimiento, lo que es una tendencia natural en el sector para quienes se proyectan en el tiempo en esta actividad. A pesar de que hemos visto avances con algunos créditos a 20 años, las tasas siguen siendo poco atractivas y las condiciones tampoco ayudan mucho y eso juega en contra, porque estamos hablando de un negocio fundamentalmente de volumen más que de márgenes y esa dinámica no se reconoce en los instrumentos actualmente disponibles.

Para este tipo de inversiones se requerirían plazos de 20-30 años, con opción de un par de años de gracia para enfrentar fenómenos climáticos extremos (como la sequía de 2015) o ciclos de ‘vacas flacas' que pueden sacar a cualquiera del negocio si es que el banco no le permite abrir el paraguas cuando está lloviendo”, afirma Paulina Carrasco, presidenta de la Asociación de Productores de Leche de Los Ríos.

En todo caso, la dirigente reconoce una evolución positiva en el acceso al crédito bancario, probablemente por los buenos precios de venta de la leche en el mercado interno de las últimas dos o tres temporadas, la recuperación del precio internacional de los lácteos y una perspectiva de cierta estabilidad en el mercado mundial, al menos en el corto plazo. 

“Adicionalmente, en nuestra región desde hace varios años que la banca se ha mostrado muy disponible para financiar a aquellos productores que tienen la posibilidad de ingresar como cooperados de Colun, ya que reconocen que se trata de una inversión en un proyecto consolidado y que pone al productor en un buen pie para proyectar su negocio a partir de la producción de leche. Por otro lado, a comienzos de este año, Manuka, el mayor productor de leche del país (y asociado a Aproval), culminó exitosamente el proceso de reestructuración de su deuda, lo que es una muy buena señal de confianza para todo el sector”, afirma Paulina Carrasco.

Rinaldo Ratto, gerente de Riesgo Agrícola de BancoEstado, argumenta que hoy la agricultura se encuentra en un proceso de especialización, por lo que está  teniendo un fuerte proceso de actualización varietal en especies emblemáticas como la uva de mesa o el arándano, destacando además la posición de líder en la producción y exportación de cerezas. 

“En este contexto, las empresas y la banca tienen desafíos importantes, dada la alta exigencia de recursos financieros, asociados a los procesos de reorganización de huertos frutales, recambio varietal y mejoras en la infraestructura de riego. Asimismo, cabe destacar que existen acciones de muchas empresas agropecuarias destinadas a contribuir al correcto uso y disposición de recursos, lo cual se enmarca en el desarrollo de una industria agropecuaria más sustentable. En este sentido, destacan proyectos de energía renovable o iniciativas orientadas en uso y envasado de agroquímicos”, sentencia el ejecutivo de BancoEstado.

En la consultora P&B explican que el alza del dólar en 2023 y lo que va de 2024 hizo que la banca mirara con mejores ojos al agro, pues los ingresos de los exportadores son en esa moneda, mientras que los de cultivos extensivos como los cereales o la ganadería sustituyen importaciones que se compran en esa divisa. 

Isabel Encina, economista sénior de P&B Consultorías, dice que “si bien hay problemas en algunas zonas del país, los riesgos han bajado. La logística mundial funciona bien y hay demanda por los productos agrícolas. Hay proyectos muy relevantes de inversión asociados a grandes actores internacionales”. 

La llegada de fondos de inversión en la fruta fresca y en rubros como los avellanos europeos son vistos como votos de confianza en el potencial del agro chileno. 

Renovar estrategia financiera
Benjamín Barros, socio de Agro Capital, explica que el buen momento que viven rubros como la fruticultura y otros en la temporada 2023-24 no debe relajar la preocupación por una buena estrategia financiera por parte de los agricultores. 

Barros plantea que independiente de que el horizonte a un año sea de menores trabas para el acceso al crédito, igual las condiciones serán menos generosas que antes de la pandemia. Hay que recordar que tras la crisis subprime , en 2008, las autoridades monetarias de todo el mundo mantuvieron por largo tiempo tasas de interés muy bajas para estimular la economía. 

“Estamos en un escenario en que el dinero es más caro y hay menos disponible que antes de la pandemia. Esa es la nueva normalidad, ya no vamos a ver tasa por el suelo por varios años más. Por eso los agricultores tienen que trabajar el aspecto financiero de sus empresas tal como lo hacen con las labores en la tierra. En el caso de la fruticultura, no por un buen año se sale de la crisis. Si a los excedentes, que son el resultado de precios más altos y no de un aumento de la producción, no le das un buen uso se convierten en pan para hoy y hambre para mañana”, sostiene. 

El socio de Agro Capital afirma que los bancos y los inversionistas hablan un lenguaje “numérico”, por lo que los agricultores deben ser capaces de generar datos de producción y comerciales que permitan explicar la dinámica de su negocio y hacer comparaciones a través del tiempo. 

Rodrigo Manasevich, director ejecutivo de Utilitas, advierte que en su empresa de asesorías, les toca ver muchos fruticultores que piden apoyo profesional en su relación con los bancos solo en situaciones extremas, con un alto endeudamiento bancario. 

Manasevich plantea planificar el endeudamiento bancario y ser proactivo. Por ejemplo, propone usar los ingresos inesperados de esta temporada frutícola para renegociar los créditos en condiciones más ventajosas. 

También llama a estar atentos a las bajas de las tasas de interés. El director de Utilitas propone que una baja de 1 punto en la tasa active el interés por renegociar las condiciones del crédito.