Debut entre aplausos y críticas
Si bien se valora la mejora en la calidad de vida de los trabajadores, hay molestia por el dictamen de la Dirección del Trabajo sobre cómo distribuir la rebaja semanal.
Por Eduardo Moraga Vásquez/Revista del Campo El Mercurio
Idia Garrido lleva 20 años trabajando en Agromillora. En el vivero, que tiene 350 trabajadores y está ubicado en Río Claro, Región del Maule, hoy es jefa de Crecimiento, por lo que está a cargo del desarrollo de las plantas, los injertos y del despacho de los productos a los agricultores.
Para lograr ese puesto la ayudó su experiencia, pero también fue fundamental que después de sus horas de trabajo estudiara para ser Técnico Agropecuario Superior. Recuerda que entraba a las 5 de la tarde y volvía a su casa a eso de las 11 de la noche.
Garrido reconoce que gracias a que Agromillora adoptó en 2020, de manera independiente, una jornada de 40 horas pudo capacitarse. Ahora aprovecha la jornada más corta para ir a buscar a Nicolás, su hijo, cuando sale del colegio.
“Ha sido una experiencia súper positiva. Si no fuera así, tendría que pagar transporte para retirar a mi hijo o depender de una red de apoyo familiar. Otros colegas se dedican a hacer deporte en la tarde. Es atractivo estar en Agromillora, todos los días llega gente que busca trabajar acá”, afirma Idia Garrido.
La experiencia de la empresa podría multiplicarse en los próximos años en distintas áreas del agro. A fines de abril comenzó a implementarse la llamada “Ley de 40 horas”, la que establece que en 2024 la jornada semanal debe pasar de 45 a 44 horas; en 2026 debería acortarse a 42 horas, y llegar a 40 horas en abril de 2028.
Las promesas de mejor calidad de vida para los trabajadores, eso sí, conviven con las dudas de los gremios agrícolas respecto al rezago que tiene el país en cuanto a la productividad y de la implementación de la nueva legislación, especialmente tras la reciente interpretación de la Dirección del Trabajo sobre cómo se puede contabilizar la rebaja semanal en las horas trabajadas.
Mejora calidad de vida
Carlos Corvalán, gerente de la cervecera Bundor, explica que los siete trabajadores de la empresa valdiviana trabajan desde el año 2020 en un régimen de 40 horas.
“Empezamos con la pandemia, pues querían irse más temprano para tomar locomoción colectiva, ya que en la tarde pasaban llenos los buses. Fuimos rebajando gradualmente la jornada, sujeta a revisión respecto al efecto en la producción. Ha sido una buena experiencia. Un efecto interesante es que los trabajadores pasaron a trabajar más en equipo pues se dieron cuenta que así aumentaba su productividad”, explica Corvalán.
Sergio de Rojas, gerente general de Agromillora, argumenta que la estrategia de adelantarse en el recorte de la jornada semanal los ayudó a frenar la migración anual de trabajadores durante el período de la cosecha de las cerezas.
“La jornada de 40 horas nos dio una herramienta para retener a las personas talentosas. El ausentismo bajó a la mitad y la tasa de rotación del personal cayó casi en 90%”, sostiene De Rojas.
En el agro la medida ha sido recibida generalmente de manera positiva, pues se asume como parte de un esfuerzo por lograr hacer más atractivo trabajar en el ámbito rural.
Paulina Carrasco, presidenta de la Asociación de Productores de Leche (Aproval) de la Región de Los Ríos, explica que los productores de leche han ido tomando cada vez más conciencia respecto de la importancia de las adecuadas condiciones de trabajo y que experimentan las consecuencias de un escenario cada vez más complejo para captar y retener personas interesadas en trabajar en las lecherías. En el gremio sureño realizaron un estudio en 2023 sobre esa realidad.
“Uno de los elementos que más llamó nuestra atención es el valor que los trabajadores asignan al tiempo libre; por lo tanto, vemos que la rebaja en la jornada laboral viene a hacerse cargo de esta realidad. Sin embargo, nuestro desafío como gremio es apoyar a nuestros asociados en la implementación de una ley que objetivamente genera complicaciones, especialmente a nivel de lecherías medianas y pequeñas, que ya tienen un tremendo desafío de compatibilizar las jornadas y horarios de los ordeñadores con la normativa laboral vigente previa a la Ley de 40 horas”, sostiene Paulina Carrasco.
Polémica por dictamen
La implementación de la nueva legislación laboral ha pillado a las empresas agrícolas adaptándose a la reducción de la jornada laboral.
“En este último año, muchas empresas se han ido preparando para la entrada en vigencia de la norma. Es posible que para las pequeñas y medianas empresas, que cuentan con menos trabajadores, sea más difícil adaptarse a estos cambios. Es muy importante que se utilicen todos los canales para informar de la mejor manera a los agricultores respecto de los cambios que contempla la ley”, sostiene Juan Pablo Matte, secretario general de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA).
En el gremio agregan que el hecho de que la ley se implemente de manera gradual será una oportunidad. En la SNA piden flexibilidad en la jornada laboral en la agricultura, especialmente en períodos críticos, en los que habiendo acuerdo de las partes, se permita trabajar un mayor número de horas extra que las dos horas que actualmente permita la ley, las cuales, obviamente, deban pagarse con un recargo especial.
En todo caso, Víctor Catán, nuevo presidente de la Federación de Productores de Fruta (Fedefruta), echa de menos que el cambio de la legislación laboral esté acompañado de una preocupación del Estado por fomentar la productividad.
“La ministra (del Trabajo) Jeannette Jara no se ha pronunciado al respecto. Competimos con otros orígenes que tienen una mayor productividad. Me gustaría ver al Estado también preocupado de eso”, advierte Catán.
El dirigente frutícola añade que el reciente dictamen de la Dirección del Trabajo, que estableció que la rebaja de una hora semanal que corresponde en 2024 no se podía hacer en periodos de 12 minutos diarios, los sorprendió negativamente.
“Nos sentimos pasados a llevar”, sentencia Catán. Esa posición es compartida por la SNA. En el gremio afirman no estar de acuerdo con el dictamen. “En cuanto a la forma, no parece adecuado que unos pocos días antes de la entrada en vigencia de la ley, como ‘entre gallos y media noche', se interprete una norma publicada hace casi un año. Respecto al fondo, estimamos que no corresponde que, mediante una interpretación administrativa, se modifique un criterio que el legislador estableció de manera muy clara en el artículo 3° transitorio de la ley”, afirma Juan Pablo Matte.
El dirigente agrega que “el director del Trabajo ha excedido sus facultades legales, afectando con ello, además, el carácter técnico del servicio que dirige. Y lo que es peor: con el cambio de criterio se pueden afectar los acuerdos alcanzados previamente para la implementación de la ley. Por lo anterior, estamos estudiando presentar una reconsideración del dictamen”.