• SABÍAS QUE...
    • De cada 3 litros de leche que se producen en Chile 1 proviene de la Región de Los Ríos
    • El consumo de lácteos en Chile bordea los 150 litros per cápita
    • Río Bueno es la comuna que más leche produce en Chile (15%)

Lácteos no producen cáncer. Análisis de expertos desmitifica su asociación

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Dos expertos del Departamento de Nutrición, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Rodrigo Valenzuela, y Gabriela Carrasco, participaron del capítulo “Lácteos y cáncer” del libro Lácteos: Nutrición y Salud, del programa Gracias a La Leche.

Los nutricionistas Rodrigo Valenzuela y Gabriela Carrasco participaron del capítulo “Lácteos y cáncer” del libro Lácteos: Nutrición y Salud, del programa Gracias a La Leche, donde se refieren a investigaciones que han relacionado erróneamente la ingesta de lácteos con la generación de algunos tipos de cáncer.

Algunos estudios han asociado el consumo de lácteos con la aparición de cáncer. Sin embargo, no tienen el sustento para corroborarlo. A raíz de esto, es que dos expertos del Departamento de Nutrición, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Rodrigo Valenzuela, y Gabriela Carrasco, participaron del capítulo “Lácteos y cáncer” del libro Lácteos: Nutrición y Salud, del programa Gracias a La Leche, donde buscan eliminar estas especulaciones en torno a que puedan generar ciertos tipos de tumores.

Segunda causa de muerte
En Chile la segunda causa de muerte son las enfermedades oncológicas, e “incluso en algún momento de la pandemia llegó a ser la primera”, recalca Rodrigo Valenzuela. Y afirma que esto ha aumentado, dado el perfil epidemiológico de la población, puesto que la gente ha ido envejeciendo, con estilos de vida no saludables, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, mala alimentación, y obesidad. “La probabilidad de que una persona desarrolle cáncer va aumentando, y dicha patología es muy compleja. En Chile hoy es común encontrar una persona que tenga el diagnóstico”, comenta.

Agrega que, sumado a esta problemática, un grupo de personas de todo el mundo, incluyendo nuestro país, comenzaron a atribuirle a la leche efectos cancerígenos. “Yo diría que fue como parte de una ola de desinformación, que hay sobre todo, en redes sociales, o la mala interpretación de resultados de estudios científicos”, declara. Frente a este contexto, es que decidieron elaborar este capítulo, donde se dieron cuenta que los hallazgos eran controversiales.

Gabriela Carrasco declara que quisieron desmitificar esta tendencia que se estaba dando, poniendo especial atención en los beneficios relacionados al consumo de lácteos, desde la mirada nutricional. “

Los lácteos son alimentos de alta calidad nutricional, buena fuente de proteínas y calcio y de bajo costo, en comparación a, una porción de carnes por ejemplo”, expresa. “La alimentación puede proteger o ser un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades, pero de ninguna forma, se debería atribuir la culpa a un único alimento, sino que, a un conjunto de factores, en los que la alimentación puede aportar”.

Metodología cuestionable
Valenzuela comenta que hubo un par de estudios que planteaban una asociación entre el consumo de leche y mayor riesgo de cáncer de próstata, pero aclara que su diseño metodológico era cuestionable. “El principal riesgo para desarrollar una patología oncológica es el envejecimiento. Un hombre de 60 años tiene más riesgo que uno de 40”, señala.

Algunos estudios postulaban que un componente específico de la leche, que genera desarrollo en los niños, se relacionaba al crecimiento anormal de células. “Esos estudios tenían un sesgo, ya que no tomaron en cuenta el factor edad, porque cuando el hombre envejece, el riesgo de cáncer de próstata aumenta”, destaca.

Según cree, tras estos trabajos, varios profesionales de la salud comenzaron a tomar la posición de que la leche producía cáncer. “Además, hablan de la patología como cualquier cosa, donde se mezcla el de mama con el hepático, con un tumor cerebral, una leucemia, etc. Por eso se requiere hacer estudios bien diseñados para saber si realmente era la leche u otro componente el que aumentaba el riesgo de cáncer de próstata”, resalta.

Para la nutricionista Gabriela Carrasco hubo una corriente relacionada a estigmatizar el consumo de alimentos de origen animal, que afirmaba que la leche disminuía el PH, y las personas tenían mayor riesgo de generar algunas patologías. “Pero los estudios que han tratado de probar la relación causal entre el consumo y la proliferación de tumores, son específicamente realizados en modelos de ratones y no se ha podido extrapolar esa evidencia a humanos, ya que los estudios solo han podido determinar si existe o no asociación, y en que las metodologías son cuestionables porque no consideran varios factores que también pueden contribuir a los resultados de los estudios”, declara.

Protección
De acuerdo con los nutricionistas, los productos lácteos no presentan un riesgo de salud para la población, además de ser una herramienta alimentaria y nutricional fundamental para prevenir el sobrepeso y la obesidad, particularmente en niños y adolescentes. Y en cuanto al cáncer, son alimentos que pueden prevenir su aparición.

“Hay evidencia que establece que los lácteos tendrían un efecto beneficioso y protector frente al desarrollo de un cáncer de mama. “Todos los seres humanos tenemos que ayudarnos a mantener un estilo de vida saludable, con alimentación adecuada y ejercicios”, señala Valenzuela. La Dra. Carrasco reitera que “no existe evidencia que muestre una relación causal, respecto a relacionar algunos tipos de cáncer con consumo de lácteos”.

Lácteos fermentados
Los lácteos fermentados son alimentos surgidos, a partir de la fermentación de la leche y, según Valenzuela, son beneficiosos para prevenir el desarrollo de tumores. El experto declara que uno de los factores que más incrementa la posibilidad de generar un cáncer es la obesidad y el aumento de grasa corporal, y estos productos contribuyen mucho a prevenir la ganancia de peso o grasa.

El yogur y el queso son los que proporcionan mayores beneficios. “Por ejemplo, las bacterias lácticas que fermentan el yogur, o la generación de compuestos bioactivos presentes en éste, tendrían efectos protectores importantes. Particularmente en colon, recto y ano. En el primero se ha visto que los beneficios son mucho más potentes”, expresa.