• SABÍAS QUE...
    • De cada 3 litros de leche que se producen en Chile 1 proviene de la Región de Los Ríos
    • El consumo de lácteos en Chile bordea los 150 litros per cápita
    • Río Bueno es la comuna que más leche produce en Chile (15%)

Una temporada promisoria, pero siempre desafiante

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Por José Luis Delgado, Gerente de Aproval AG.

En el primer cuatrimestre de 2025, la recepción nacional de leche creció un 8,3% y en la Región de Los Ríos un 12,4%, consolidándola como motor del dinamismo productivo nacional. Condiciones climáticas favorables, buenos precios y costos de alimentación permiten proyectar una temporada estable. No obstante, persiste una tendencia preocupante: el continuo descenso en la cantidad de productores lecheros.

 

Los números se ven auspiciosos. El primer cuatrimestre de este 2025 nos entregó importantes señales de recuperación productiva: la recepción nacional de leche creció 8,3% respecto del mismo periodo del año anterior y en nuestra Región de los Ríos el aumento fue aún más significativo, alcanzando un 12,4%. Si extendemos lo mirado al último año móvil, vemos que la región acumula un crecimiento del l0,3%, consolidándose como el principal factor del dinamismo productivo nacional, alcanzando los 836,5 millones de litros. En paralelo, hemos tenido un año con condiciones climáticas favorables para el desarrollo de las praderas. A esto se suma una buena relación entre costos de alimentación y los precios de la leche ($444,l de promedio nominal entre enero y abril), lo que permite proyectar una temporada relativamente estable. Los bonos de invierno ya están en vigencia y, a pesar de que los precios reales corregidos por inflación muestran un leve retroceso, las ofertas de compra de la industria procesadora permiten proyectar la temporada con alguna certeza al menos hasta el inicio de la próxima primavera. 

Sin embargo, este dinamismo tiende a invisibilizar un fenómeno que por años viene configurando silenciosamente el mapa de la lechería nacional: cada vez hay menos productores en el rubro. El proceso de disminución del número de productores no es exclusivo de Chile. Se repite en la mayoría de los países lecheros, donde las exigencias de eficiencia, las transformaciones del mercado y los cambios generacionales imponen nuevas condiciones para mantenerse en el negocio. En nuestro caso, pasamos de 22 mil productores a fines de los años noventa o unos 2.500 en la actualidad. Una caída de más del 88%, que contrasta con el crecimiento del volumen nocional de leche, que en el mismo período subió un 67%.

¿Por qué disminuye la cantidad de productores? No hay una sola razón. Algunos no logran rentabilidad suficiente incluso en coyunturas favorables como la actual, donde los resultados de gestión muestran una gran dispersión; otros ven cómo el recambio generacional no se concreta. Muchos enfrentan decisiones familiares que llevan al arriendo o venta del predio, o bien optan por otros usos de suelo con menor demanda operativa. Las lecherías que logran sostenerse son aquellas que han encontrado su camino hacia la rentabilidad, que han invertido, profesionalizado su gestión y, sobre todo, entendido que éste es un negocio de volumen más que de márgenes y por lo tanto han podido asumir el desafío de crecer.

¿Cómo atenuar este fenómeno y evitar que disminuya tan bruscamente el tejido humano y territorial que sostiene o la lechería como actividad estratégica para el sur de Chile? ¿Qué señales debemos dar como gremio, como Estado y como industria para que los jóvenes quieran seguir en este rubro? ¿Cómo hacemos que la sostenibilidad no sea solo una exigencia ambiental, sino también económica y social? La buena noticia es que, en medio de este escenario, aparecen algunas luces. En los Ríos no solo crece lo producción, también crecen las señales concretas de recambio en la operación de muchas unidades productivas. El Área Jóvenes de Aproval es hoy un grupo consolidado, activo y con liderazgo. Y el nivel de tecnología y gestión en muchas lecherías pequeñas, medianas y grandes, muestra que el sector ha aprendido a adaptarse.

La otra cara de esta historia es que, sí bien seguimos siendo deficitarios como país - importamos el 33% de lo que producimos-, también tuvimos en 2024 el mayor volumen de exportaciones de la última década. Eso demuestra que hay espacio para crecer en los mercados externos, pero la historia reciente nos habla de una vocación exportadora que continúa siendo morginal (no más allá del 15% de la producción).

En este contexto, el espacio natural de nuestra oferta de lácteos a corto y mediano plazo aparentemente seguirá siendo el mercado doméstico, donde hemos observado avances importantes en términos de dinamismo de la demanda y respecto del cual hemos podido ofrecer acciones relevantes en términos de promoción del valor nutricional de los lácteos a través del program "Gracias a la leche" que desarrollamos bajo el alero del Consorcio Lechero.

El trabajo sostenido de la mano de la evidencia científica, con el apoyo de un grupo de investigadores de primer nivel nos ha permitido generar una suerte de resurgimiento de los lácteos que ha permitido posicionarlos en un lugar destacado frente a algunos esfuerzos desesperados del marketing y la "seudo innovación" por intentar reemplazar alimentos que se han consolidado como irreemplazables.